LOS
PROBIOTICOS
La
digestión de los alimentos es un proceso muy importante para la vida de los pájaros. La digestión se
debe realizar lo mejor posible a fin de que el animal pueda aprovechar al
máximo las cualidades nutritivas de los alimentos. Numerosos factores pueden
influir en el proceso de la digestión. Por ejemplo una situación de stress
puede originar un desequilibrio de la flora intestinal y provocar una mala
asimilación de los alimentos.
La
flora intestinal, que es muy importante, está formada por el conjunto de
bacterias, “buenas” y “malas”, presentes en el intestino. El canario gozará de
buena salud mientras las bacterias “buenas” sean las que predominen. Si
predominan las “malas” el animal estará enfermo. Hasta no hace mucho se pensaba
que si el animal estaba enfermo lo mejor era matar las bacterias “malas”
empleando los antibióticos. El problema está en que los antibióticos no
distinguen entre las bacterias “buenas”
y las “malas”. Entonces se pensó que una buena solución sería introducir
bacterias “buenas” después de un tratamiento con antibióticos o sin dicho
tratamiento, para así conseguir que las bacterias “buenas fuesen más
abundantes”
Desde
1946 los antibióticos utilizados han contribuido mucho a mejorar la salud de
nuestros pájaros. Pero desgraciadamente a partir de los años 60 han comenzado a
aparecer cepas bacterianas resistentes y, desde hace algunos años, se tiende a
reducir la utilización de los antibióticos. Esto ha provocado un interés en dar
a los canarios bacterias “buenas” en los alimentos a fin de conseguir el mismo o similar efecto
que con la administración de los antibióticos. Estas bacterias “buenas” son los
probióticos. Los probióticos son microorganismos vivos, administrados por vía
digestiva y que favorecen la salud del pájaro.
Algunas
clases de probióticos están formados por las bacterias presentes en el tubo
digestivo de los pájaros, Otras clases de probióticos tienen bacterias que no
son las habituales. Algunas clases de probióticos se multiplican en el tubo
digestivo de los canarios y otras no. Cuando se suministran estos últimos de
una forma continua se produce un tránsito permanente de bacterias lo que no corresponde a una situación
natural, que es lo que se persigue en realidad.
El
tubo digestivo de los pájaros contiene una microflora que forma un ecosistema
en el que las interacciones microbianas aseguran la estabilidad y contribuyen
de este modo a la salud del pájaro. La flora intestinal está compuesta de un
conjunto de bacterias favorables (las “buenas”) y otras que pueden no serlo
tanto (las “malas”). Si hay un desequilibrio en esta microflora el pájaro
estará más indefenso frente a los agentes patógenos e incluso puede llegar a
enfermar. La introducción de un probiótico por vía bucal, en el tubo digestivo
del pájaro, modificará las interacciones naturales de la microflora. El efecto
observado consistirá en un mejor estado de autodefensa del animal como resultado de la biorregulación
de la flora intestinal.
Sin flora intestinal ningún ser vivo sobreviviría. Juega un papel
de barrera contra los gérmenes patógenos destruyéndolos y participa igualmente
en la digestión de los alimentos y en el funcionamiento del sistema
inmunitario. Pero esta flora intestinal es muy sensible. En efecto, los
antibióticos atacan no solamente a los gérmenes patógenos sino también a los
beneficiosos con lo que se provoca un desequilibrio en la flora que muchas
veces lleva consigo la aparición de diarreas.
Los
probióticos actuarán adecuadamente en el tubo digestivo si todas las sustancias
que generan alcanzan una concentración suficiente. El sistema digestivo de los
pájaros se puede perturbar muy rápidamente. Conviene recordar que un stress
puede provocar una reducción de la alimentación sanguínea del intestino y una
reducción de la flora intestinal, con lo que se aumenta el riesgo de infección
debido a las bacterias nocivas (la causa de la muerte de algunos ejemplares
comprados con buena salud y que mueren enseguida en casa del comprador puede
ser debida a ésto). Manteniendo en el intestino un buen nivel de bacterias
digestivas benéficas, se controlo la proliferación de las bacterias
nocivas.
En lo que
concierne a los pollitos, el probiótico estimulará el desarrollo del sistema
digestivo asegurando un crecimiento rápido así como una mayor resistencia a las
enfermedades digestivas peligrosas.
Los probióticos están compuestos
habitualmente por “Streptococcus
faecium”, “Saccharomyces cerevisiae,”, “Lactobacillus acidophylus” y “Bacillus
subtilis” (esporas), microorganismos todos ellos recomendables para su uso en
aves.
Los efectos de los probióticos son los
siguientes:
- Producen
ácido láctico, lo que disminuye el pH intestinal.
- Actúan
como antitóxicos de bacterias entéricas, que son las que producen enteritis.
(Escherichia coli, Salmonellas, etc.)
- Reducen
el stress.
- Controlan diarreas y problemas digestivos.
- Restablecen
la flora intestinal después de un tratamiento con antibióticos.
- Facilitan
la metabolización y absorción de los nutrientes.
Se deben administrar los
probióticos:
- En los
casos de problemas intestinales, vientre rojo, etc.
- En todos
los casos de diarrea.
- Después
de un tratamiento con antibióticos.
- Antes y
después de todas las situaciones de stress como traslados, concursos,
exposiciones, etc.
El probiótico se dará después del
tratamiento con antibióticos para reponer la flora intestinal y evitar la
aparición de diarreas. Lógicamente no se dará con el antibiótico pues éste
mataría todos los gérmenes que aporta el probiótico y este no tendría ningún
efecto.
Los probióticos
no poseen contraindicaciones ni efectos colaterales. En caso de
sobredosificación, pasando unas 4 veces la dosis indicada, pueden ser
perjudiciales.
Por
ser un tratamiento natural es recomendable su uso permanente ya que no produce
acostumbramiento y no genera resistencia bacteriana.
Los
probióticos se pueden suministrar con la pasta o con el agua de bebida, aunque
los mejores resultados se han obtenido
cuando se ha agregado el probiótico a la pasta y no al agua de bebida.
Varios
laboratorios comercializan probióticos. Se deben seguir las indicaciones sobre
dosis pues la concentración puede variar de unos laboratorios a otros. Como
todos los probióticos no están compuestos por las mismas bacterias, es
aconsejable que cuando se acabe de dar el probiótico de un determinado
laboratorio, cambiar al de otra marca y otra composición.
Todos
los trabajos efectuados sobre los probióticos nos han aportado información
sobre su funcionamiento, pero todavía queda mucho por descubrir. Solamente un
conocimiento preciso del modo de actuación de cada probiótico permitirá mejorar
sus efectos. No hay ninguna duda de que en los años futuros seguiremos
aprendiendo sobre la mejor utilización de estos productos.
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