HUEVOS FECUNDADOS O ESTÉRILES
M. Deur.
Les Oiseaux du Monde.
Mayo 2016
Es
necesario destacar que a pesar de que todos los elementos sean favorables en la
formación de las parejas, ocurre bastante a menudo que los huevos no están
fecundados o son estériles.
Estos defectos de los huevos pueden
tener diversas causas que es importante conocer.
El tiempo y la temperatura juegan un
papel importante en la fecundación de los huevos.
A
veces el tiempo no es favorable a comienzos de la estación reproductora y
origina decepciones a los criadores en la primera puesta. Sobre todo cuando el
tiempo es frio hay muchos huevos claros en los nidos. En estas condiciones el
macho produce pocos espermatozoides o espermatozoides anormales. En cuanto el
tiempo mejora y los días se alargan, el sol actúa favorablemente sobre las
funciones genitales y la fecundación se
normaliza.
Alguna que otra tara del macho puede
estar en la causa de la no fecundación. Si todos los huevos no fecundados
provienen del mismo macho, es prudente concluir que sea estéril y debe ser
descartado de la cría.
La hembra, aunque está bien preparada
y en condiciones, rechaza al macho y no copula con él.
Lógicamente
en este caso los huevos no pueden estar fecundados y la solución es cambiar al
macho.
Una
elección errónea del momento de juntar a los dos reproductores ese una de las
causas principales de la no fecundación o de la fecundación parcial de los
huevos.
Pienso
que un único contacto sexual es suficiente para fecundar toda la puesta, es
decir, que la fecundación no es necesaria para cada huevo, por lo menos esta es
mi experiencia.
Como lo que se fecunda es la yema del
huevo, la fecundación es imposible cuando la clara se empieza a formar
alrededor de la yema. La hembra no podrá poner huevos fecundados si se ha
puesto el macho en un momento en que la formación del huevo está en un estadio
muy avanzado. En el momento del
acoplamiento conviene examinar a las hembras y meter al macho en el momento
oportuno (normalmente cuando la hembra comienza la construcción del nido).
Si La hembra está muy gorda eso puede
ser otra causa de que los huevos no estén fecundados.
Esto
ocurre cuando la hembra ha acumulado demasiada grasa durante el invierno. Esto
ni impide la cópula, pero perturba el recorrido de los espermatozoides del
macho que no alcanzan su objetivo y los huevos no son fecundados.
Para evitar
esto en mi propio criadero yo dejo incubar a las hembras durante 8 días,
después les quito los huevos y les pongo los pollitos de otra pareja. Un hembra
que incuba ocho día acepta generalmente los pollitos y los dan de comer, así
pierde toda la grasa superflua y está a punto para la segunda puesta.
Los acoplamientos
repetidos de un mismo macho con diferentes hembras también pueden perjudicar la
calidad de los huevos si no se toman las precauciones adecuadas.
Si un macho está durante muchos días
con la misma hembra posiblemente se agotará enseguida, y si se le echa con otra
hembra es muy posible que no fecunde los huevos.
Yo aconsejo a los aficionados que
aplican este método, de estar especialmente vigilantes, viendo si se realizan
los acoplamientos para retirar al macho después de que hayan observado tres o
cuatro, pues un acoplamiento es suficiente para fertilizar todos los huevos.
El agotamiento de la hembra puede
evitarse mediante la retirada del macho tan pronto como se ha cumplido su
función.
Cuando la hembra da de comer a sus
pequeños alcanza más rápidamente su madurez para la puesta.
En cuanto se separa a los jóvenes se
vuelve a meter el macho para la fecundación de la segunda puesta.
Otra cuestión que debe exigir toda nuestra atención y vigilancia es la
incubación y la eclosión de los huevos.
Para conseguir una eclosión
simultánea de los huevos, la mayor parte de los criadores quitan los huevos según
se van poniendo y vuelven a colocar
todos los huevos a los 4 días. Sabemos que después de 6 días de incubación es
posible ver si el huevo está o no fecundado mirándolo al trasluz de una
bombilla o lámpara potente. Si el huevo está transparente es que no ha sido
fecundado; en caso contrario podemos estar tranquilos. Si los huevos están
claros podemos quitar los huevos procurando dejar a la hembra durante algunos días de reposo antes de ponerle un nuevo
compañero.
A veces el embrión muere durante su desarrollo. Esto puede ocurrir
por diversas causas. Una de ellos es un ambiente demasiado seco, es decir, la
falta casi total de la humedad del aire. En tiempo seco, es aconsejable colocar
un recipiente de agua en la sala de cria, la evaporación del agua hará que el
aire esté más húmedo. También podemos espolvorear los huevos con agua tibia. Lo
mejor es proporcionar una bañera a la hembra pues así se humedecen
convenientemente todos los huevos de una manera natural y uniforme.
Los embriones también mueren cuando
los huevos están demasiado tiempo sin incubar. Esto ocurre cuando hembra sale del nido asustada
por una tormenta eléctrica o una acción demasiado brusca del criador u otra
persona. El enfriamiento del huevo es mucho más peligroso al comienzo de la
incubación que cuando ya está muy avanzada. Los huevos muy avanzados pueden estar
durante varias horas sin incubar y eclosionan normalmente aunque a veces con uno
o dos días de retraso.
Hay que tener en cuenta que el
piojillo puede poner en peligro la incubación, pues la hembra abandona el nido
con lo que los huevos se enfrían o mueren los pequeños polluelos.
A pesar de todas las precauciones a
veces sucede que los jóvenes no salen del huevo. Ellos no tienen la fuerza necesaria y
no logran romper la cáscara. A veces la hembra les ayuda, pero no es siempre el
caso. Podemos ayudar metiendo el huevo unos segundos en agua tibia para ablandar la
cáscara. Hay criadores que con la uña retiran con cuidado la cascara para facilitar el trabajo de los
jóvenes. Yo he utilizado los dos métodos y en algunos casos son eficaces. Debo reconocer que los jóvenes que
tienen tantos problemas para llegar al mundo no son muy fuertes, su crecimiento
sufre y su salud es tan débil que es mejor descartarlos.